Que mejor regalo para un amante de los relojes que un Rolex,
y si hay alguien al que verdaderamente le gusten ese es Juan Carlos, así que le
hicimos un fantástico Rolex, eso si, un Rolex de lo más dulce.
Su exterior se hizo totalmente de fondant tintado en plata y
con todos los detalles pintados a mano. Sus “mecanismos” se hicieron de MSC
relleno de chocolate.
¡Juan Carlos cambió por un rato el sonido del tic-tac por el
del ñam-ñam!
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